Lic. Mariano Hadad
El presente trabajo
remite al período contenido en las tres primeras décadas del siglo pasado en la
zona del noroeste entrerriano, con centro en la ciudad de La Paz. La tarea consistió en
recopilar y analizar el material escrito publicado en la zona en este período
para poder reconstruir, en base a los diferentes tipos de discursos, los
posibles –y reales- públicos lectores. A continuación se desarrolla un
tratamiento acotado de las fuentes consideradas más representativas de los
diferentes discursos existentes en la época.
El boletín
parroquial “La Semana ”
“Aprobado y bendecido por el Exmo. Sr. Obispo Diocesano” es una
publicación sabática de la
Casa Parroquial de La
Paz , de carácter religioso, con siete secciones, que difunde
la fe y el dogma de la iglesia católica. A través de sus secciones se exalta la
importancia de la “buena vida”, de los valores, de las relaciones familiares
que agradan a Dios, etc., difundiendo noticias eclesiásticas mundiales y
locales.
Este tipo de revistas
tuvieron entre mediados de la década del 10 y mediados de la del 30 cierta
masividad en su divulgación si tenemos en cuenta el contexto real del posible
público lector de la época. Posiblemente también la regularidad de la
publicación durante un tiempo prolongado y el bajo costo del precio de venta
hayan favorecido dicha divulgación. Al respecto el cierre de la revista se hace
generalmente con notas de los lectores.
Sin dudas la lucha ideológica de un
catolicismo fiel a los mandatos del Papa tenía, tanto en la estrategia
discursiva como en los contenidos propiamente dicho, un claro mensaje
anticomunista y antiprotestante. El temor permanente a una posible expansión de
las ideas socialistas en la región eran el objeto de ataque constante denigrando la experiencia
de la revolución rusa con contenidos por lo menos de muy dudosa veracidad (Por ejemplo, en la página 288 del sábado 19 de
enero de 1929 se habla de la existencia de trust en la URSS ).
Roma o Moscú es el título
de solamente uno de los numerosos artículos escritos al respecto en el boletín
del sábado 9 de febrero de 1929.
Resulta evidente la
derechización ideológico-política de la iglesia católica entrerriana ya que el
período estudiado coincide con el de entreguerras, momento en el cual el Papa
pacta con Mussolini. Pío XI es permanentemente comparado con Jesús, a la vez
que no hay en este tiempo ataques al fascismo, sólo al socialismo. La revista,
despegada entonces de cualquier tipo de reivindicación clasista, defiende tanto
“al obrero, al pobre y al rico” en su dignidad humana.
El
otro gran flanco de ataque es la fuerte
crítica al protestantismo aconsejando a la población sobre el proceder de estos
“herejes”. El artículo de la
Pastoral de Paraná escrito por Monseñor Abel Bazán el 17 de junio de 1924, comienza hablando del
hecho que mueve a los protestantes a venir hacia América Latina como por
ejemplo civilizar, educar, imponer la fe; razones calificadas de innecesarias
para la región, diciendo que aquí eso es ya un aspecto sobrante, y que en vez
de traer “cosas raras”más bien deben fijarse en sus propios países, en donde
ocurren desastrosos hechos en la sociedad que desjustifican su accionar en
Latinoamérica. En permanente mención a las “sectas” que provienen de
Norteamérica, se critica al país del norte en su relación con Argentina: “Los
aranceles aduaneros norteamericanos: les ha entrado muchas ganas a nuestros
amigos del Norte de poner trabas a los productos argentinos en aquel país.
Nuestras carnes, cereales, lino, etc., son blancos de los tiros yankees.”.
También se refieren al
mandato divino de los protestantes diciendo que carecen en absoluto de
credibilidad ya que no tienen autoridades supremas, y aluden que, si el protestantismo
aparece en el siglo XVI, tampoco pueden ser enviados por Jesús. Se los califica
de intrusos porque no tienen derecho a predicar, se establece que las
traducciones de la Biblia
están adulteradas y se insta a las familias católicas y a la comunidad en
general a rechazar todo lo que no sea católico ya que por no serlo es
perjudicial para la fe. Y desde luego se rechaza toda posibilidad de contraer
matrimonio entre católicos y protestantes.
Otro punto importante de la
literatura católica de entonces, es el referido a la lucha contra la educación
laica. Los boletines publicados durante los gobiernos radicales se destacan por
una ininterrumpida condena a la laicidad, lo que permite deducir que había un
enfrentamiento en este punto con el gobierno, ya que como se sabe el inicio del
régimen democrático en el país convalidó el espíritu laico de la ley 1420. En
el mismo número citado anteriormente se puede leer: “elección de escuelas:
¿Qué colegio han de elegir los padres católicos para sus hijos? El mejor. El
que no sólo los instruya, sino también los eduque, aquel en el que se les
enseñe a amar a Dios y a respetar la Patria.” .
La extensión de lo
anteriormente expuesto se justifica para poder tener una magnitud más real no
sólo de una parte importante de lo que leían los entrerrianos de esta zona y en
aquella época, sino también de las consecuencias que pudiesen haberse generado.
Si pensamos que este período es un momento clave en la definitiva y posterior
conformación de una sociedad letrada, entonces lo que se leía iba a echar
raíces. El grado de trasmisión y permanencia de aquellos valores a sucesivas
generaciones de entrerrianos constituye, sin lugar a dudas, un objeto de
estudio propio que escapa a la intención de este trabajo; pero lo que se advierte
claramente en la mayoría de las personas entrevistadas y consultadas, es una
fuerte presencia de aquel discurso, así como también un grado de continuidad
importante en la sociedad actual de la región. Sociedad que poco tiene que ver
con la de las primera tres décadas del siglo veinte pero que permite percibir
el fuerte impacto cultural del catolicismo conservador en nuestros días y en
todas las franjas etarias.
Pero no todo era religión
en la ciudad de La Paz. Dos
semanarios, El combate y Fray-Mocho, se destacan por su cualidad
seguramente casi única en la época.
El primero, publicación de
principios de la década del 20 y de escasa
repercusión hasta donde hemos podido averiguar, representa un
interesante experimento de mezclar el humor, los chismes y las informaciones
referidas al movimiento obrero, con el acento puesto en las dos primeras
características mencionadas. Se presenta como Semanario satírico, chacotón,
literario y noticioso. Y luego agrega: “El Combate, combate a quien lo
combate.”. “Se compra por 0.10 centavos pero no se vende por todo el oro del
mundo.”.Critica al periódico El Imparcial que era publicado por el
sindicato Unión Gráfica, y después de varios párrafos dedicados a infidencias
de la vida personal de gente del sindicato y de la ciudad en general, se
informa de reuniones, charlas, actos, etc., de diversos sectores obreros. La
escasez de material obtenido hasta el momento sobre este semanario no nos
permite avanzar más por ahora.
El segundo, Fray Mocho, es
portador de un humor satírico, ácido y casi seguramente incómodo para la elite
social paceña; tuvo cierta repercusión aunque nos ha sido muy difícil
corroborar información sobre el mismo. Hasta donde pudimos averiguar este
Semanario dominical se publicó al menos entre los años 1926 y 1928. En el
actual Museo de la ciudad Alicia Castrillón, hemos encontrado los restos de las
publicaciones del año 26. Se autodefínía en la portada como “Periódico
liberal, noticioso, social y de interés general”. De entrada nomás
comienzan las sorpresas; ¿quién lo escribe?: “Redacción anónima” .Y al lado aclara: “Tiene Editor Responsable”.
No existe un solo artículo o comentario firmado, y no es para menos,
este “periódico” se mete con la gente de la ciudad.
Casi como un
trabajo de archivero hemos podido restaurar el Número 33 del domingo 11 de
abril de 1926 que vale la pena resumir y comentar:
Debajo
de un poema de Torcuato Tasso titulado Amor, bajo el título “Actualidad. Nuestras Niñas” se critica los modales de las niñas ricas de la ciudad. Sus modales “parecen acusar una ruralidad excesiva”…”están
aburguesadas”…”con frecuencia se torna en fatuidad y ridiculez”. El buen manejo de la ironía y el vocabulario ciertamente destacado son
comunes en todos los artículos. Lamentablemente no hemos podido confirmar quien
o quienes lo escribieron.
Las
llama “puritanas” aunque “bajo esa melenita enrulada
hay un cerebro hueco, estéril, donde la semilla dorada de la educación y la
inteligencia no han podido germinar”. Todos
conocen “el ambiente y jerarquía
moral de cada uno”…”Desde luego, el valor social de nuestras niñas se cotiza de
acuerdo a los pesos o la dote que posean o puedan poseer”…”Si es necesario burilar
un poquito esta ruralidad burguesa” basta con
realizar un viajecito a Buenos Aires y lograr que retraten en los diarios de la
capital a las niñas para que el problema se solucione. “El día que nuestras niñas dejen el puritanismo y
la fatuidad de sus pobres almitas burguesas, entonces pueda ser que el ambiente
social de La Paz
cambie su faz y se rehabite a la altura de los pueblos que marchan a la
vanguardia del progreso”. Solo resta acotar, de
nuestra parte, que este discurso “ácido”
debe haber tenido reales repercusiones molestas en su época.
“Será verdad. Sección chimentera” inicia lo que hoy
llamaríamos escraches. Se dice el nombre y la inicial del apellido de las
personas y se pregunta ¿Será verdad…?. Ejemplo: “Que
Clementina V. está triste porque su novio se ausentó.”.
Flores y Floripones. Sección chimentera. Aquí se dice el nombre y la inicial del apellido de las personas y las
compara con distintas flores, por ejemplo: “Horacio
R. Es flor barata y a su chica no le ha dado para el casorio plata.”. “Y el
cronista es flor de cereza, y a los que no se hagan suscriptores les va a dar
por la cabeza”.
Me contó la gitana…sección chimentera. Aquí
se dice el nombre y la inicial del apellido de las personas, por ejemplo: “que Pedro C. Tiene que tirar cara o cruz a ver con
cual de las María se casa”.
Luego
se vuelve poeta: Para ellas, las princesitas. Sección de poemas escrito por “Romántico”,
son versos para distintas “niñas” de la ciudad, da los nombres y apellidos de
las niñas, por ejemplo:
“MARIA DOPAZO
Dime si tus manos son
Las que en estas noches bellas
Como una lluvia de estrellas
Me lavan el corazón”
Después
vuelve la acidez. En Por qué se
distinguen, sección donde se resaltan ciertas
características de algunas personas del pueblo, se pone el nombre y la inicial
del apellido, por ejemplo: “Ena G. Por haber
tenido muchos novios.”. “Una chica de calle España por teñirse el pelo. No eche
a perder su cabellera joven”.
Finalmente
hay otra poesía, esta vez de Luis María Grané, un cuento anónimo, otra sección
chimentera llamada Lo que me contó un
modo. Vida Social
informa sobre las distintas familias que concurrieron
a las funciones de los cines (las nombra a todas) y, finalmente, Viajeros
informa quienes se van o vienen a la ciudad.
Cabe
destacar que hay publicidad de negocios de la ciudad en todas las hojas y que
no figura ni el nombre del editor ni el de la imprenta.
La literatura política del período
tuvo en Renovación y en Libre palabra sus exponentes más
importantes.
Renovación fue un periódico paceño
radical Irigoyenista muy leído que se publicó por lo menos hasta la década de
1950. Durante los gobiernos de Irigoyen y de Alvear presentaba en la portada la
siguiente leyenda: “Los principios del
Radicalismo Tradicional, inspirado en la política austera del eminente
ciudadano Doctor Hipólito Irigoyen”. Haciendo un
rastreo a través del tiempo, resulta llamativo el cambio ideológico político
que sufre el periódico. En los años 1930 y 1931 no hay mención alguna al golpe
de estado que derribó al caudillo radical, el epígrafe anteriormente
transcripto desaparece y ya desde los años 40 abandona el discurso
político-partidario pasando a ser un periódico de información general. Su
período de auge parece haber sido en épocas del presidente Alvear en donde se
transforma en el símbolo de la oposición al Antipersonalismo al que dedica la
casi totalidad de sus artículos.
Libre Palabra, órgano oficial del
socialismo paceño, tiene un tono didáctico en cuanto a la divulgación de
principios de higiene y salubridad. Comparte con Renovación su condena al
alcoholismo pero su contenido político es más directo y quizás más combativo.
Las críticas a los gobiernos radicales se prolongan duramente al gobierno de
Uriburu, pero no hay condena al hecho en sí del golpe del estado. Es una
publicación que hace hincapié en la cultura y los principios socialistas y, a
partir del año 1930, comienza una condena sistemática al fascismo europeo. De
1931 es el último ejemplar con el que contamos manteniendo los contenidos
recién expuestos.
En tiempos de los conservadores, es
decir previo a 1916, se destaca el diario Unión Popular; estamos
trabajando en la recopilación del mismo.
A modo de cierre: El trabajo
realizado y las fuentes obtenidas nos permiten afirmar la existencia,
principalmente, de tres discursos estructurados en aquél espacio y tiempo: el
religioso, el político y otro bien específicamente local que podríamos
denominar “social-cultural-doméstico”.
La publicaciones eran casi todas de La Paz y se vendían en toda la
zona. La variedad de discursos constatados y la cantidad de periódicos,
revistas, semanarios, etc., es por lo menos sorprendente si lo comparamos con
la escasez de publicaciones del lugar en la actualidad. Todo indicaría entonces
que aquellas épocas eran de un dinámico desarrollo cultural y casi seguramente
económico. Hoy es de estancamiento y emigración juvenil.
Las publicaciones locales trabajan
permanentemente en el doble registro de lo local y lo nacional. Más allá de los
contenidos específicamente ideológicos, siempre está presente un tipo de
registro discursivo que atiende a necesidades básicas, generalmente con fuerte
carga informativa, y que apunta a la relación vecinal. Seguramente esto
generaba un espectro más amplio de lectores y con ellos el importante número de
propagandas de los negocios locales que se encuentra en todas las fuentes
tratadas. A su vez la existencia de por lo menos tres imprentas en La Paz , más las posibles
existentes en los sindicatos (nos consta de una en la Unión Tipográfica )
y otra en Santa Elena, nos habla de la conformación de un cierto mercado
editorial con vida propia.
Hemos avanzado hasta dónde
consideramos pertinente hacerlo, es decir, el material recopilado que obra en
nuestro poder es bastante más abundante que el desarrollado en este trabajo,
pero la falta de una tradición historiográfica que aborde algo más que fechas y
gobernantes en la zona nos ha prácticamente imposibilitado obtener informantes
claves. Sumado a esto no podemos dejar de mencionar la casi inexistente cultura
del archivo en la región, con materiales descuidados y desordenados.
Mientras
perdure este estado de cosas la tarea del historiador seguirá siendo muy
difícil de realizar.